Producción de café orgánico
Respecto y compromiso ancestral
El cultivo de café llegó a esta región hace menos de 100 años, cuando nuestros padres y abuelos trajeron las semillas de las fincas del Soconusco (región cercana a la frontera de Chiapas con Guatemala) a donde iban a trabajar en la cosecha y las adaptaron a sus propias huertas. Nuestro café no proviene de grandes plantaciones comerciales, ni es cultivado con tecnología “moderna”. Las parcelas de café de cada uno de los miembros de la Unión Majomut son parte de un sistema de cultivo heredado de nuestros antepasados mayas, en donde se asocian plantas frutales que ayudan a dar sombra, plantas alimenticias, rituales y de ornato, manteniendo una gran diversidad ecológica y una estructura muy parecida a la vegetación original de nuestros parajes.
Hay en el mundo, muchos, cafés que se consideran orgánicos por ser cultivados sin usar productos químicos. Pero existen pocos que se obtienen directamente por los mismos productores y sus familias en una relación íntima con la naturaleza y con el conocimiento de sus antepasados.
El café no solo es orgánico porque es producido libre de químicos, sino también porque cuidamos el suelo y el agua que son el patrimonio heredado de nuestros antepasados y que dejaremos a las nuevas generaciones. Es orgánico porque cada productor selecciona su semilla, cuida sus plantas, obtiene sus frutos y los procesa junto con su familia.
La agricultura orgánica en la Unión Majomut se inició bajo un contexto de crisis internacional del precio del café, con un vacío y abandono de programas de asistencia técnica y capacitación dirigidos hacia el sector social y en franca oposición a paquetes tecnológicos tipo revolución verde, promovidos desde centros de investigación e instituciones gubernamentales. Para afrontar los diferentes niveles de crisis la Unión Majomut decide iniciar un proceso de reconversión productiva orgánica en el año del 1992, con base en la formación de su propio equipo técnico integrado por profesionistas y la construcción de una red de promotores indígenas comunitarios para la conversión a la agricultura orgánica.
El proceso de conversión se basa en la conjugación de elementos de la milenaria cultura productiva, de la cultura maya con los modernos principios de la agroecología, acoplados en un programa basado en la metodología de Campesino a Campesino para el proceso de formación de promotores técnicos campesinos.
Entre los elementos sustantivos de este rescate tecnológico se tiene el manejo del cafetal como un huerto tradicional diversificado. Opuesto a la lógica de la gran plantación comercial basada en el monocultivo del café con sombra especializada, el huerto cafetal es un policultivo que resulta una imitación de los ecosistemas naturales. Además de frenar la degradación del suelo en áreas montañosas, la biodiversidad presente en el huerto cafetal ha implicado la capacidad de las comunidades tsotsiles y tseltales de mantener especies vegetales a niveles de domesticación concordantes con los usos requeridos (ritual, medicinal, ornamental y alimenticio) producto de un proceso de larga duración.
El trabajo como productor orgánico conlleva a ciertas labores esenciales tales como:
1. la selección de semillas de su propia parcela
2. elaboración del semillero y establecimiento del vivero
3. la producción y aplicación de abonos orgánicos
4. la conservación de suelos
5. la realización de deshijes y podas sanitarias
6. el manejo de los árboles de sombra
7. realización de la limpia de las plantas de café
8. realización de prácticas de manejo de suelo para evitar erosión y mantener la fertilidad,
9. y el manejo natural de plagas y enfermedades mediante métodos biológicos.
La conversión a la producción orgánica permite a los productores no depender de un sistema de agroquímicos y contribuye al rescate de sus propios recursos locales. De esa manera la Unión Majomut pretende recuperar la autosuficiencia de los campesinos y el equilibrio del medio ambiente.
El café cuenta con el sello de la Certificadora Mayacert S.A.